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29   DE FEBRERO     2016
16º  CONFERENCIA

Sobre “Medidas Astronómicas de la duración del año”

Juan Ramón Pardo Carrión

NOTA DE PRENSA

“ESPAÑA ESTÁ EN UN HUSO HORARIO QUE NO LE CORRESPONDE”



          El Salón de Actos de la Diputación Provincial de Albacete acogía la décimo sexta de las conferencias comprendidas en el Ciclo de Conferencias “La Cultura: Nuestro Patrimonio”, que organiza la Asociación de Alumnos y Amigos de la Universidad de la Experiencia,  ALUEX.


Con el título “Medidas astronómicas de la duración del año”, el astrofísico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Juan Ramón Pardo, explicó las diferentes formas de medir el tiempo, así como los distintos tiempos que existen, y cómo ha ido evolucionando su estudio a través de los años.


    El tiempo solar, señalaba Pardo Carrión, ha sido desde la Antigüedad el sistema de medida del tiempo, basado en el movimiento aparente del sol en el cielo. De ahí surgieron, entre otros motivos, “construcciones como la Gran Pirámide de Egipto, o el monumento de Stone Age”. Las sombras que proyectaba el sol permitía medir los días, y la duración de los años.


     El también doctor en astrofísica y Técnicas Espaciales por la Universidad Pierre et Marie Curie de París, explicó cómo en 1942 se decidió adoptar provisionalmente para España el “horario” de Europa central, cuando por situación geográfica a España le corresponde el mismo que Portugal o Reino Unido. Pardo definió que los husos horarios son cada una de las 24 áreas en las que se divide la Tierra. Ésta gira alrededor de su eje cada una vez cada 24 horas, por lo que se establecen 24 husos horarios. Todos los husos horarios, aclaraba el astrofísico, se definen en relación al Tiempo Universal Coordinado (UTC), y se centran en el meridiano de Greenwich (0º). Al pasar de un huso horario a otro en dirección Este hay que sumar una hora y por el contrario, al pasar de Este a Oeste hay que restar una hora.


     Juan Ramón Pardo Carrión también se refirió a la evolución del calendario a través de los siglos. Nuestro calendario actual tiene su base en el calendario juliano. El año 46, a.C. apuntaba el conferenciante, “el llamado último año de la confusión”, duró 446 días. Julio César, aconsejado por el astrónomo alejandrino Sosígenes, introdujo una reforma en el calendario para acabar con estos problemas, ajustando el calendario a las estaciones, modificando los días y los meses, y añadiendo el concepto de día bisiesto. Aún así, este calendario no solventó los problemas, y el calendario siguió reformándose. En el Concilio de NIcea, se tomó la decisión de que toda la cristiandad debía celebrar la fiesta de la Pascua simultáneamente, y que el Viernes Santo debía celebrarse en la primera Luna Llena después de que entrara la primavera. Tras sucesivos cambios, y otros tantos estudios, apuntaba Pardo Carrión, “hoy tenemos por delante 300 años en los que no nos equivocamos”.



 
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