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11 de noviembre 2020.

Aluex participó en un video-coloquio sobre las personas mayores, celebrado el día 11 de noviembre 2020 a las 17,30 con una duración de dos horas. a través de la plataforma VanMullen.

En él participó la presidenta de Aluex, Carmen Rosa Martínez Orellana. Adjuntamos el texto que Carmen Rosa dijo en esa video conferencia.

 


LOS MAYORES: AYER Y HOY DESDE LA EXPERIENCIA

Artículo 50 de la Constitución Española:
“Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Así mismo y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio”.

LOS MAYORES AYER.
La sociedad en la que vivimos ha experimentado, desde hace más de 50 años, numerosos cambios sociales, ambientales, demográficos, etc… y este desarrollo ha influido en el sistema, concepto y forma de vida de la familia.
Hace 50 años, LOS MAYORES parecían mucho más mayores, aun siendo más jóvenes que nosotros ahora, debido principalmente a su forma de vestir y aspecto con colores oscuros, especialmente las mujeres, no sólo como costumbre de guardar luto durante toda su vida en tiempos de postguerra que sumió a nuestro país en blanco y negro.
A LOS MAYORES entonces, se les respetaba y veneraba más que ahora.
Las casas donde vivían los abuelos eran auténticos santuarios. Los abuelos eran los que daban los consejos, y los que estaban dispuestos a sacrificar sus vidas para darlo todo por sus hijos y nietos. Eran los puntales que sostenían, sin saberlo, la unidad familiar.
El progreso y la emigración a ciudades mayores en busca de trabajos mejor remunerados, hizo que la forma de vida cambiara radicalmente.
Los jóvenes dejaban las casas de los padres buscando un futuro más halagador que iban conociendo por otros, o por los medios de comunicación.
Y allí se casaban y formaban sus propios hogares.
Ese éxodo originó un problema: ¿Qué hacer con los MAYORES, con los abuelos? Cuando ahorraban y podían comprar su propia vivienda, casi siempre de tamaño más reducido que la casa del pueblo, se llevaban a los “padres-abuelos” a la gran ciudad, teniendo que abandonar su forma de vida asociada a sus tierras, sus animales, sus propias viviendas… provocando un cambio radical en sus vidas. Si decidían quedarse en el pueblo, comenzaba para ellos una etapa de SOLEDAD y abandono familiar y si se iban con los hijos perdían sus amistades y el entorno de toda una vida.
La adaptación a las nuevas formas de vida no fue fácil.
Los jóvenes necesitaban descansar después de las intensas jornadas de trabajo y salían de viaje los fines de semana y en época de vacaciones se marchaban a las playas o a otros lugares y los ABUELOS empezaban a ser un estorbo. Había que dejarlos en algún sitio para recogerlos a la vuelta o dejarlos solos.
Los MAYORES dejaron de ser el ejemplo y soporte de la familia y se sintieron olvidados o desplazados y los que no se habían deshecho de sus viviendas en los pueblos, volvieron a ellos, prefiriendo quedarse solos.


LOS MAYORES HOY.
Los MAYORES, aun después de haber cumplido los 60, todavía les quedan ganas de vivir, tienen inquietudes que satisfacer, no van vestidos de oscuro y sus relaciones no se limitan sólo al ámbito familiar, se les abren nuevas posibilidades y quieren vivir esta etapa de su vida con toda intensidad. Todo esto puede llevarse a  cabo ahora gracias a unos programas sociales planificados para ellos.
Los nuevos MAYORES desean disfrutar de la vida que les queda, olvidar las preocupaciones y a la vez, ocupar su tiempo de ocio. No quieren ser dependientes de la familia si no al contrario, son ellos los que se encargan de echar una mano a los hijos, cuidando a los nietos mientras ellos trabajan.
Quieren sentirse útiles en una sociedad que pone a su alcance muchas posibilidades para conseguir otras metas.
Las estadísticas del envejecimiento nos muestran que la longevidad de la población española es cada vez mayor, la esperanza y la calidad de vida ha aumentado. España desde finales del siglo XX y a lo largo del XXI seguirá envejeciendo.
El envejecimiento es la consecuencia de “cumplir años” y éste fenómeno presenta algunos problemas de tipo sanitario y social de los que su estudio se ocupa la GERENTOLOGÍA.
Otro aspecto que influye en esta etapa de MAYORES es la jubilación. Estar “jubilados” supone para algunos, que en su día no se sintieron realizados en el trabajo, puedan tener ahora la oportunidad de hacer cosas nuevas, de seguir formándose y lo más importante, relacionarse con otros ambientes, su vida adquirirá un nuevo sentido, una EXPERIENCIA de un sentimiento nuevo de libertad.
La familia, los amigos, la convivencia en pareja, sus relaciones sociales son su fuente de afectividad. Cuando pierden el cónyuge es un factor importante que supone la pérdida del vínculo afectivo y por lo tanto de su bienestar, que lleva consigo alteraciones  en el comportamiento del sueño, las capacidades psicológicas y físicas que llevan a la depresión, al dolor, a la SOLEDAD y la marginación.
El envejecimiento es el estado de MAYORES y no es sinónimo de enfermedad pero sí supone una disminución de unas capacidades y funciones del organismo que se produce a ritmo distinto según cada individuo, su salud integral y los factores ambientales.
Para todas estas situaciones existen ahora ayudas existenciales:

  • Las residencias (con reserva ahora por la situación que padecemos)
  • Centros de día para MAYORES.
  • Ayuda a domicilio.
  • Tele-asistencia.
  • Ciudad de los MAYORES en países desarrollados (viviendas para MAYORES).
  • Servicios médicos: podología, termalismo.
  • OCIO Y TIEMPO LIBRE:

Turismo social.
Escuelas deportivas.
Universidad Popular.
Universidad de la Experiencia y como continuación a ésta, nuestra asociación ALUEX (Antiguos Alumnos de la Universidad de la Experiencia).

LA EXPERIENCIA HOY.
Actualmente todo está en un proceso de cambio como consecuencia de la pandemia que se ha cebado, aún más, con los MAYORES.
No pueden borrarse de nuestra memoria las imágenes que han desfilado ante nuestros ojos de esas residencias donde el virus ha entrado sin piedad, llevándose por delante, no quiero, ni puedo contabilizar, los números que cada día han ido desapareciendo de MAYORES.
Los hospitales con su personal agotado por el estrés de la avalancha de ingresos de contagiados y las UCI que hubieron de ser ampliadas para dar cabida a tanto enfermo, habilitando espacios como el Palacio de IFEMA en breves horas, para el ingreso de los enfermos que no cabían en los hospitales.
Ese Palacio de Hielo como morgue, ante la incapacidad de espacio de los tanatorios, dejando este mundo en una absoluta soledad y, peor aún, a los que hubo que enterrar pasado casi dos meses sin que nadie reclamara esos cadáveres.
En el mes de julio, cuando estábamos en el punto más álgido de la pandemia, la catedrática de Filosofía y Ética de la Universidad de Valencia, Dña. Adela Cortina, hablaba en un artículo sobre la GERONTOFOBIA, una palabra que hasta entonces no había conocido, pero con un significado de rabiosa actualidad, decía así:
En esta crisis ha aparecido una especie de gerontofobia. Algunos piensan que los ancianos no tienen dignidad. Es como un rechazo a los MAYORES, un miedo a envejecer.
Esta etapa de confinamiento, junto con su marido, también filósofo, le había servido para buscar respuestas para cuando todo esto se acabe.
Habían tenido tiempo para reflexionar sobre lo que estábamos viviendo, lo que hemos visto, donde la mayor parte de los que se han ido han sido personas MAYORES, el azote de las residencias, la falta de atención y discriminación de pacientes según su edad.
“Atrás quedó el concepto de FAMILIA y la consideración de los abuelos que tuvieron un papel tan importante en otro tiempo”.
LOS MAYORES DEBEN SEGUIR SIENDO UN TESORO, TAMBIÉN, EN ESTOS DIFÍCILES MOMENTOS.

Carmen R. Martínez Orellana



 
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