Volver a noticias página inicio
    noviembre 2025

VIAJE A BELMONTE Y VILLAESCUSA DE HARO.

Un viaje perfecto, en un día gris y frío, pero de un gran calor emocional.


Así, con esta sencilla frase, podemos describir este primer viaje con el que desde ALUEX, hemos abierto el programa al que hemos llamado “Itinerario Medievales”.

Para lo cual y con mucho cariño y dedicación habíamos preparado la visita a las poblaciones conquenses de Belmonte y Villaescusa de Haro con el fin de visitar sus monumentos. Isita que dio comienzo en el castillo de Belmonte, de estilo gótico mudéjar, mandado construir por el primer marqué de Villena, Don Juan Pacheco, concebido como fortaleza palacio, tal y como pudimos apreciar al observar su imponente estructura defensiva en contraste con su lujoso interior.

De la mano y la palabra de nuestro guía de lujo, el historiador y experto en Arte e Historia Medieval, Aurelio Pretel,  pudimos conocer cómo era la vida en un castillo medieval, las vicisitudes de la guerra durante el siglo XV y el resultado de la contienda que unificaría España con la caída del reino de Granada. Además, hemos podido revivir, en su recorrido,  la apasionante vida de Eugenia de Montijo la que llegó a ser emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III y ordenó la restauración del castillo de Belmonte a mediados del siglo XIX.

Extasiarnos en la contemplación del interior palaciego del castillo, decorado con lujosas techumbres mudéjares en sus salones y galerías y asombrarnos de la majestuosidad del impresionante artesonado mudéjar con mocárabes del Salón de Embajadores y sus 59 figuras del bestiario medieval que lo adornan.

Imaginar la vida palaciega de la emperatriz contemplando las estancias musealizadas en las que transcurrió su estancia en el castillo, como la alcoba señorial, el vestidor o el gabinete.
Y los más atrevidos y desafiando el fuerte y frío viento pudieron disfrutar del inmenso paisaje manchego desde el adarve y la torre del homenaje del castillo.

Y  tras un breve recorrido en autobús contemplando las murallas de defensa  y el paso por la puerta, llamada de Chinchilla, llegamos al otro punto de la visita, la colegiata de San Bartolomé, de estilo gótico final, sobria y sencilla, pero de grandes dimensiones. Y aquí, Marta, la guía turística que nos acompañó en la visita, nos proporcionó una amplia y extraordinaria información de la historia de esta magnífica iglesia mandada construir por D. Juan Pacheco, ilustrándonos también, con la ayuda de Aurelio Pretel,  del estilo, el origen y la función de las numerosas capillas de las naves laterales, en su mayoría funerarias, costeadas por las familias nobles de Belmonte.

Y después de una reparadora comida y apenas 15 minutos de autobús, llegamos a la población de Villaescusa de Haro, el llamado “pueblo de los obispos”, pues no en vano, según la historia, son 12 los obispos que salieron de este pueblo.

Y en la puerta de la iglesia de San Pedro Apóstol, para sorpresa nuestra, nos esperaba Cayetano, alcalde de Villaescusa de Haro, que fue el que nos acompañó y dirigió la visita a esta pequeña pero entrañable población.

Y de forma magistral, nos dio una gran lección de historia y arte sobra las características de este templo, cuya construcción originaria datada en el siglo XIII de la que quedan pocos elementos, por lo que su aspecto actual obedece a un edificio renacentista del siglo XVI. Pero si ya el conjunto de la iglesia es magnífico, sin duda alguna, la joya de la corona es la Capilla de la Asunción de la Virgen María, exhibida con orgullo por los vecinos de esta tierra a los visitantes por su gran calidad artística que le valió la declaración de Monumento Nacional.

Capilla abierta en el lado del evangelio cuya construcción presidida por un retablo, cuya construcción se atribuye  al taller de Felipe de Bigarny y cuyo tema principal es el de la Asunción de la Virgen. Fue fundada por Diego Ramírez de Villaescusa, ilustre hijo de este pueblo que fue obispo de Astorga, Málaga y Cuenca. 

Y después, Cayetano, nuestro inesperado guía nos finalizó la visita acompañándonos y explicándonos multitud de detalles del convento de las Justinianas, utilizado en la actualidad como iglesia y el convento de los dominicos de la Santa Cruz, en periodo de restauración para ser utilizado como espacio municipal.

En definitiva, un viaje lleno de grandes emociones  y con la sensación de haber disfrutado de un día inolvidable y con ganas de que pronto llegue otra oportunidad para continuar con esta experiencia de viajar por la España medieval que tantos tesoros encierra.

Gracias a Aurelio Pretel, a Marta y a Cayetano el alcalde, por habernos sabido transmitir tantas cosas.


















 

 
Volver a noticias